5 cosas que me gustan de Alemania

Hola de nuevo!

Primero de todo, siento haber tardado tanto desde el post anterior, pero como ya os comenté hace un mes, nos hemos mudado. ¡Y ha sido una locura! De hecho nos hemos trasladado al ático de nuestro propio edificio, y en un fin de semana cogimos todas las cosas del piso antiguo para llevarlas al nuevo. Como compramos todos los muebles (en Ikea) nos hemos pasado la semana montando y no hemos tenido tiempo para nada más. Peeeero aquí estoy de nuevo con toda la energía escribiendo un nuevo post para vosotros. Espero que lo disfrutéis.

Vayamos al grano. Esta vez quiero hablaros de cinco de las cosas que más me gustan de Alemania. Como siempre pasa en artículos de este estilo, es mi opinión personal y estoy segura que a mucha gente no le gustaran estas mismas cosas o que incluso les sacarán de quicio. ¡Pero eso es bueno! así podéis dejar comentarios de como ha sido vuestra experiencia personal.

1. Parques, jardines y árboles por todas partes

Una de las cosas que más me sorprendieron la primera vez que vine a Alemania (ya desde el avión) fue la gran cantidad de zonas verdes que hay. Acostumbrada a la asfaltadísima Barcelona, el verde de Düsseldorf me enamoró. Me sentí muy a gusto, tanto por verme rodeada de árboles, arbustos y hierba en plena calle como por la calidad del aire. Me llamó mucho la atención el césped al lado de las aceras, pequeños parques en cada esquina y sobretodo que hubiera animales sueltos. Esto me flipó, en serio.

Patos

Recuerdo que un día paseando por el centro me senté un rato en un parque y vi un pato. Me hizo gracia y tenía ganas de mirarlo, pero al alzar la vista me di cuenta que había un montón y que no tenían miedo de las personas que les rodeaban, con lo que deduje que la gente les trata con respeto. Otra cosa que me encantó fue ver una oca en mi calle, lo que me sorprendió en un principio pero a lo que me he acostumbrado al encontrarme a menudo más de una echándose la siesta en medio del paso. También me he habituado a cruzarme a con conejos y ardillas. Pero aunque ya haya entrado a ser algo normal, me continúa encantando.

2. La tranquilidad

He hablado con gente que me dice que la calma de Alemania llega a molestarles. Pero a mi no, a mi me encanta. Sobretodo en el transporte público, dónde raras veces alguien alzará la voz o pondrá música con altavoces para que el mundo admire su deplorable gusto musical. No digo que esto no pase nunca, que a veces me lo he encontrado, pero cuando pasa es normalmente por la noche o porque has tenido mala suerte. Lo habitual es que haya silencio, que la gente hable en voz baja entre ella (si es que habla) y que uno se pueda relajar, leer o escuchar música sin tener que destrozarse los oídos por no oír lo que pasa fuera.

La tranquilidad también engloba el no tener que sufrir continuamente por si te van a robar. De nuevo, vengo de Barcelona, dónde tienes que vigilar el bolso todo el rato e incluso así puede que te quedes sin móvil en cualquier momento. Aquí obviamente te puede pasar esto, pero no es habitual y yo me he acabado acostumbrando a no pensar en ello a no ser que esté en una multitud.

3. Llegar a la hora que has quedado

¡Dame tópicos, Alba, por favor! No, en serio. Me encanta la puntualidad. Para empezar porque la gente con la que quedas lo es y no tienes que esperar tres horas o recibir mil mensajes de “uy, cinco minutos”, “bueno, al final diez”, “me queda una parada”, “me he encontrado a un amigo, pero ahora llego”. Y tal y cual.

Pero lo que mas me gusta de esto es que yo me he vuelto puntual, y no sabéis el gusto que da (veo amigos míos a los que he hecho esperar bastantes veces cagándose en mí ahora mismo). En serio, ya no sé lo que es correr para no perder el bus, ir sufriendo durante el trayecto mirando el reloj o esperar que se abra la puerta para salir disparada cuál galgo en una carrera. ¡Pero no soy la única! El otro día quedé con una amiga española, y me envió un Whatsapp disculpándose porque llegaría puntual, porque ella tenía pensado llegar un poco antes. Nos estamos volviendo locas.

4. El verano

Asumo de antemano que me vendréis a la yugular, pero me da igual, lo digo: me encanta el verano alemán. Exceptuando la semana de calor extremo (que por suerte ya hemos pasado este año). ¿Que por qué me gusta? Bueno, pues por esto mismo. Porque el termómetro no supera los 24 grados la mayoría del tiempo, hace más o menos sol y cuando llueve hace fresco y puedes llevar impermeable.

A parte, es el momento en el que puedes disfrutar de los parques y jardines, y la gente está de buen humor y te invita a barbacoas. Otra cosa buena es que como llueve tan a menudo, la hierba de los parques no está seca y no hay un riesgo de incendios tan grande como en España, por lo que cada uno puede coger su barbacoa y plantarse en el parque sin problemas.

Echo de menos la playa, eso sí. ¡Afortunados aquellos que vivan en el norte!

5. Que esperen la verdad cuando preguntan como estás

Ya hablé de este tema en 5 cosas que me sorprenden de Alemania, pero tenía que mencionarlo aquí también porque es algo que me encanta. Ya no solamente que cuando le preguntes a alguien por su estado de ánimo te lo diga sinceramente, sino por la libertad emocional que da poder decir sinceramente como te sientes.

A mí todavía me cuesta bastante, e incluso me entreno antes de quedar con alguien que sé que me lo va a preguntar. Pero es algo que estoy tratando de mejorar y que en algún caso lo he conseguido. Aún así todavía me siento quejica si digo sinceramente que estoy cansada, me duele la cabeza o he tenido un mal día, y generalmente acabo diciendo que estoy bien o que me pasa algo pero que no es importante (aunque realmente lo sea).


Pues hasta aquí mi artículo de hoy. Obviamente, hay muchas más cosas de Alemania que me gustan, del mismo modo que hay otras que no me gustan nada (quizás hago un post sobre esto último[1], lo tendré que pensar). ¿Y vosotros? ¿Cuáles son las cosas que más os gustan de Alemania? ¿Coincidimos? ¿Os gustan cosas completamente distintas? Dejad vuestro comentario, que como siempre tengo ganas de saber vuestra opinión.

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¡Hasta la próxima!



  1. A la semana siguiente de publicar este artículo escribí, efectivamente, un post sobre las 5 cosas que NO me gustan de Alemania. Clicad aquí para echarle un ojo ↩︎