Doce meses en Alemania

Hola a todo el mundo!

Hoy os tengo preparado un post muy personal y muy especial para mí. Hoy hace un año justo que cogimos las maletas y nos plantamos en Alemania.

Mapa Alemania

Un año… Han pasado tantísimas cosas y tan rápido. La última noche estuve en Sitges y era la noche de San Juan. Creo que no se celebra en toda España, pero en Catalunya es una fiesta muy importante, en la que se encienden hogueras, se tiran petardos y se come Coca de Sant Joan. De pequeña San Juan olía a verano, a larguísimas vacaciones, a playa y a salitre. Pero el año pasado fue muy distinto, y este año todavía lo está siendo más. Aquella noche no pude dormir, y me pasé un buen rato escribiendo. Quiero compartir con vosotros aquellas líneas, y después comentarlas desde aquí y ahora. Empecemos.

El último día antes de Alemania

Sitges, 23.06.2015

Sitges

El día de San Juan es para mí la señal de salida del verano. Siempre ha estado un inicio de vitalidad, símbolo de que las horas de sol, calor y playa se pueden ya tocar con la punta de los dedos. Este año se me ha avanzado el verano. He vivido un junio de playa acelerada y esta verbena ha tenido para mí sabor a principios de setiembre. La brisa cerca del mar, en un día en el que el tiempo no acompañaba, me hacía venir a la cabeza la mítica “Wake Me Up When September Ends”. Esta vez era finales de junio.

El tiempo se vuelve frontera ante una fecha en la que soy consciente que mi vida volverá a tener un antes y un después. Cambiamos poco a poco, muy lentamente y si nos encontramos con alguien a quien hace tiempo que no vemos somos conscientes de ello. Pero si no vivimos en sitios distintos, si no huimos de nuestra zona de confort, estos cambios no los podemos subrayar en el calendario. Son invisibles.

Hoy, a pocas horas de adentrarme en la aventura que me lleva a Alemania, me pregunto como seré de aquí a un año. Como habrá cambiado mi vida y en qué sentido. Espero ser feliz y no arrepentirme nunca de haber tomado esta decisión. Soy consciente de que será difícil, de que costará muchísimo. En muchos momentos me fallarán las fuerzas y en otros me sentiré más viva que nunca. Viviré, simplemente.

Pero ahora estoy en este punto de incertidumbre. En esta sala de espera que es una noche de insomnio, observando las sensaciones a las que mi mente me lleva. Me encuentro justamente a un paso del cambio, del inicio, de lo que marcará un antes y un después. Y me siento impaciente, emocionada, incapaz de dormir y de no pensar en ello. Son las tres de la madrugada y quedan cuatro horas hasta las siete. A la gente de la playa parece que se les han acabado los petardos. A partir de ahora la noche será tranquila.

Un año después

Düsseldorf

Confieso que me he emocionado al releer estas líneas (las originales son es catalán y las he traducido para que todo el mundo pueda entenderlas). Me he emocionado principalmente porque sé muy bien en qué situación las escribía. Voy a ser dolorosamente sincera en lo que os diré ahora: antes de venir aquí estaba inmersa en una depresión y me estaba medicando. Dejé la medicación tras un mes de haberme mudado y este año he estado luchando contra la depresión y la ansiedad a marchas forzadas. No solamente he tenido que adaptarme a un nuevo país, aprender un idioma desde cero, buscar nuevas amistades y todo lo que emigrar supone. Sino que he estado batallando un monstruo que te devora por dentro y te hace dudar de todo lo que eres y puedes llegar a ser.

Y aquí estoy. No solamente estoy viva, sino que soy feliz. Soy feliz, joder. He conseguido lo que un año quería conseguir: una cosa tan sencilla como sentirse en paz, tranquila, y con ganas de seguir adelante. Y todo esto lo he hecho yo misma. Con la ayuda de mucha gente, claro que sí. Porque he sabido pedirla, y apoyarme en todos aquellos que me quieren. Pero he luchado esta mierda y la he vencido.

Y os explico esto simplemente porque así me ha salido al sentarme a teclear. Pero principalmente lo hago por dos razones: primero para regalarme a mí misma el hecho de declarar públicamente que lo estoy consiguiendo. ¡Qué demonios! que lo he conseguido. Y después para regalar mi experiencia a gente que lo pueda estar pasando mal por el mismo motivo. Quiero hablar de ello porque pienso que hablando de ello nos vamos a curar y vamos a salir adelante.

Pues sí, después de un año han cambiado muchas cosas: hablo alemán fluido, trabajo y cotizo en este país, tengo amigos y conocidos, me siento super a gusto con mi ciudad. Ya no tengo insomnio. Anteayer oficializamos que nos vamos a mudar de piso, de modo que de este aniversario va a salir también un pequeño nuevo inicio.

Muchas gracias por vuestra atenta lectura. Estoy muy contenta de que estéis siguiendo el blog, de que os guste y tengáis ganas de continuar aprendiendo cosas sobre Alemania. Prometo que la próxima vez volveré con más anécdotas y consejos, como ya he dicho este post era muy personal. Pero no os olvidéis de comentar! Sobretodo, si vosotros también habéis vivido en el extranjero, quiero saber como os habéis sentido al cabo de un tiempo o qué sensaciones tuvisteis al volver.

Un abrazo y hasta la próxima!